A pocas semanas de su toma de posesión el presidente Joe Biden continúa emprendiendo acciones políticas en materia migratoria. El mandatario en los últimos días ha firmado varias acciones ejecutivas orientadas a regularizar la situación legal  de los inmigrantes en el país. La promesa del presidente Biden en aumentar en 125.000 por cada año la cantidad de admisiones para refugio o asilo; en contraposición con el límite de 15.000 admisiones por año que colocó la administración anterior representa un gran desafío. 

Dentro de las acciones ejecutivas emitidas en la primera semana del mes de febrero,  destacan la creación de un grupo de trabajo para la reunificación familiar de más de 600 niños inmigrantes separados de sus padres y la creación de un sistema de asilo eficiente, justo y humano; por considerares a estos dos grupos de inmigrantes como algunos de los que se encuentran en mayores condiciones de vulnerabilidad. 

Lo cierto es que desde el 21 de enero del presente año, las nuevas reglas ponen fin a los Acuerdos de asilo con Guatemala, El Salvador y Honduras para  que Estados Unidos rechace a las personas que buscaban refugio y los enviaba a esas naciones centroamericanas para que solicitasen  protección en dichos países. Asimismo, desde la misma fecha también quedó  suspendido el Protocolo de Protección a Migrantes, también conocido como la norma Quédate en México y de esta manera  el Departamento de Seguridad Nacional dejó de realizar inscripciones para el mismo.  

No obstante, los casi 60.000 solicitantes de asilo no mexicanos  ya inscriptos en el Protocolo de Protección a Migrantes aún esperan por una resolución oficial de su situación en la frontera de México con los EEUU, casi todos en condiciones muy difíciles.   

Con la norma anterior se establecía que estos migrantes esperasen en México por la decisión de su petición de asilo. Al amplio rechazo a esta regla se le suma el agravante de lo que se consideraba un mecanismo para rechazar las peticiones de asilo y acelerar el proceso de deportación porque hacía más difícil la demostración de temor creíble y/o sometía a los solicitantes de asilo a largas  esperas por meses o años para la audiencia en la  corte. 

En este sentido la medida del presidente Biden implica el desarrollo de una estrategia para abordar la migración irregular en la frontera sur de país donde actualmente existen las restricciones por el covid-19 y por otro lado el Departamento de Seguridad de la Nacional puntualizó que la propuesta de Ley presentada por el presidente está dirigida a quienes ya residen en el país, lo que deja fuera a estos solicitantes de asilo. 

De tal manera que estos solicitantes de asilo en Estados Unidos  aún deben seguir esperando por respuestas más concretas en un panorama en que muchos expertos lo caracterizan como de gran complejidad porque en medio de una difícil situación económica a consecuencia de las restricciones por la pandemia  se necesita de acuerdos políticos dentro y fuera de país para darle respuesta y estos procesos generalmente  se llevan su tiempo. 

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